Gina Peña

Consejos, coaching, acompañamiento y tutoría para escritores


ESCRIBIR BIEN

Nunca olvides que el primer objetivo del lenguaje es comunicar. Para lograrlo funcionan muy bien frases breves, párrafos cortos y palabras conocidas. Cuando ofrezcas un término poco común, detente a explicarlo, es decir, redáctalo como si se lo contaras a un amigo. Porque eso será tu lector, un amigo al que le cuentas algo.

No intentes escribir ‘como se debe’, al intentarlo podrías ser rebuscado y eso aburre, tampoco suele funcionar. Procura buscar la claridad en tu escrito antes que la calidad, esta vendrá cuando lo revises, y cuando lo hagas, hazlo a conciencia. Y la conciencia, puede venir de otras personas a quien se lo des a leer. Te recomiendo que lo hagas. Otros leerán tu obra con mayor objetividad y frialdad que la de un padre evaluando a su hijo. Porque eso es tu libro para ti, un hijo del que tal vez preferirías no recibir críticas u observaciones, pero que de repente se equivoca.

Tu libro es ese hijo que a pesar del enorme esfuerzo que te ha costado, en el fondo sabes que siempre puede ser mejor. Es posible que te digan ‘me gustaría más que recortaras tal capítulo’, ‘tu personaje podría ser más creíble si tal cosa’, ‘no es necesario que uses tanta grosería’, ‘repites demasiado tal concepto’ o ‘tiene demasiados errores ortográficos’… Tú decidirás si les haces o no caso, si estás dispuesto a que tu hijo se robustezca y se vea profesional. La cuestión es que tengas la apertura para recibir críticas antes de publicar, ya que el lector, también podrá criticarte por las mismas razones.

A casi todos nos ha pasado que el jefe detecta una falta de ortografía en una presentación que hacemos ante clientes. O que al enviar un mensaje de texto tu interlocutor malinterpreta lo que escribiste, por lo que prefieres mandar audios… No te preocupes, incluso para Gabriel García Márquez y Juan Ramón Jiménez, ambos premios Nobel de Literatura, la ortografía y las reglas gramaticales no eran lo suyo. El colombiano incluso llegó a declarar que la ortografía era “el terror del ser humano desde la cuna” y en 1997 llegó al grado de querer liberar a los hispanohablantes de “los fierros normativos de la lengua”. 

La cuestión es que hoy, con tantos recursos tecnológicos y correctores de estilo disponibles, un texto bien escrito es un aspecto que, sin duda, reflejará la calidad de la obra, tanto en la forma como en el fondo. Para muchos escritores la ortografía y las reglas gramaticales son consideraciones importantes al momento de publicar sus obras literarias. Si bien muchos podrían argumentar que la ortografía correcta no es esencial para la comprensión de un texto, la mayoría de los editores y también de los lectores coinciden en que un libro con errores ortográficos puede resultar extremadamente difícil de leer. 

De hecho, un libro con faltas de ortografía, muletillas, repeticiones o errores gramaticales puede ser rechazado no solo por un editor, sino por un lector y por ello, resulta un factor tan significativo que no se debe ignorar. Los escritores que desean publicar sus obras literarias sí deben invertir tiempo y en ocasiones dinero, para asegurarse de que su trabajo esté libre de errores ortográficos, ya que cuando no se sienten seguros de su propia ortografía, pueden solicitar la ayuda de un corrector. Si ya tienes una editorial, seguramente tu contrato ya incluye este servicio. Y si vas a autopublicar, te recomiendo que inviertas tiempo, esfuerzo y dinero en asegurarte de que el libro esté libre de errores ortográficos.

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